viernes, 2 de septiembre de 2011

Tecúeme.


Estamos hechos el uno para el otro, lo sé.
Si después de estas semana separados, pensando como sería la vida el uno sin el otro, y pensar que ya todo había acabado para siempre, hemos vuelto, sé que esto durará mucho tiempo. Planes de futuros que se podrán realizar. Y de repente, lo veo todo mucho más claro. Veo como mi cabeza se despeja, que le sigo queriendo como antes o incluso más, cosa que antes dudaba. Ver que todo lo que hago es por y para ti. Que sigo adelante, a pesar de todos los obstáculos que se presentan en mi camino, por ti. Que lucho por mis sueños ahora más que nunca, por ti. Llegar lejos, sentirme orgullosa, y morder nuestra pulsera. 
Quiero que te quede algo claro. Que no me quiero separarme de ti nunca. Que has podido comprobar que cuando digo siempre, es siempre. Que siempre iba a estar dispuesta a retomar la relación tal y como la dejamos, dispuesta a luchar para que esto volviera a ser lo que era. Y, puf... no me arrepiento. No me arrepiento de nada. Que quiero entregarte mi vida, darte todo lo que está en mi mano, amarte, besarte, abrazarte y mucho más por el resto de mi vida. Que te has convertido en alguien esencial, que eres mi debilidad, quien realmente me hace feliz.
Y que quiero seguir mi camino contigo de mi mano. Nunca te separes de mi. Caminemos juntos, hasta llegar al final.

No hay comentarios:

Publicar un comentario