viernes, 2 de septiembre de 2011

Sabía que no me equivocaba.


Sabía que no me equivocaba al depositar toda mi fe y esperanza en él, en mi, en nosotros. Y de repente... ¡ZAS! Otro punto más a mi favor, y muchas más razones para hacer que esto no acabe. Que me quiere, que me ama, que no puede vivir sin mi, ¡que me lo ha dicho! Es increíble como, en décimas de segundo, todo puede cambiar tanto. Algunas veces para bien, otras para mal... ¿No dicen que después de la tormenta, viene la calma? Pues mi calma va llegando, poco a poco. Cada vez me va costando menos ser feliz y sacar esa sonrisa. Voy bien mi futuro bien marcado, y lo veo junto a él, porque él quiere, porque yo quiero, porque los dos queremos. Y por muchas peleas que tengamos, por muchas discusiones que haya y las diferencias en ese momento resalten más y nos haga pensar las cosas una vez más y plantearnos el seguir o no con esta relación.
Pero solo quiero que quede clara una cosa... lucharé por ti, cueste lo que cueste, pase lo que pase.

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