jueves, 23 de agosto de 2012


Hay una leyenda china que dice que cuando un bebé nace, unos hilos rojos invisibles salen de su espíritu y conectan con todas las personas que van a ser importantes en su vida. Conforme crece, estos hilos se van acortando y acercando a esas personas especiales que, a pesar del tiempo, el lugar o las circunstancias, deben ir a su encuentro. Este hilo rojo nunca se rompe.
Tú y yo estamos unidos desde que nacimos y a lo largo de estos años hemos ido tirando del hilo que nos une, acortando la distancia que nos separaba... Se ha enredado y tensado en nuestros intentos de huir y de separarnos, pero no se ha roto, porque siempre hemos estado conectados.
Gracias por todos nuestros momentos.


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